viernes, 6 de abril de 2018

¿CON CUÁL ME QUEDO?

Imagen: Depositphotos

Leer con detenimiento las etiquetas de los productos que consuminos nos puede ayudar a tomar mejores decisiones a la hora de elegir lo que entra en nuestros hogares. En primer lugar, te enseña cómo funciona la industria alimentaria y qué recursos utiliza a la hora de "colocar" sus productos. Un ejemplo muy claro es el etiquetado de productos cárnicos como el clásico "jamón de York". Una misión aparentemente tan sencilla como comprar jamón de York se nos puede complicar y requerir varios minutos de lectura de las etiquetas...



Debemos tener en cuenta que en el envase se nos debe advertir si se trata de jamón cocido o de "fiambre", producto sometido a un procesado más intenso y que permite, además, el añadido de productos que poco tienen que ver con la carne de cerdo cocida. Vamos con dos ejemplos escogidos en el supermercado. En este caso, he elegido los dos ejemplos que ilustran los extremos,aunque tenemos productos que se sitúan entre un caso y otro.

La primera de nuestras opciones es un producto cuya denominación es "Maxi York"; si bien aparece la indicación "producto cárnico picado cocido" la utilización de la palabra "York" en el nombre en una tipografía mucho mayor no es casual sino que tiene como objetivo vincular este producto al "jamón de York". Lo que nos debe ayudar en este tipo de producto es comprobar el porcentaje de carne que lleva: en este caso el 55%.
Vamos con nuestra otra opción:


Detalle de la información nutricional del jamón cocido

Este está etiquetado como jamón cocido y entre sus ingredientes aparece un 85% de jamón de cerdo. Es decir, un 30% más de carne que la primera opción. Esto tiene su importancis puesto que en el caso del Maxi York a ese 55% de carne se le añaden féculas, proteína de soja, azúcar... productos que van a hacer que la información nutricional cambie entre una opción y otra. El porcentaje de hidratos de carbono y de proteínas va a variar.
Maxi york: contiene 7,1 g de hidratos de carbono y 11,3 g de proteína cada 100 g.
Jamón cocido extra: 1,4 g de hidratos de carbono y 17 g de proteína cada 100 g.

¿Con cuál me quedo? Yo personalmente elegiría el jamón cocido, que presenta un mayor porcentaje de carne, lo cual nos asegura que la cantidad de "añadidos" es menor. Por supuesto, el precio de uno y otro varía. Nuestra elección cuesta más del doble que el fiambre. Aunque podemos analizar eso desde otro punto de vista: en elprimer caso estamos pagando féculas a precio de carne de cerdo...

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