En el Tratado de París de 1898, firmado con Estados Unidos, se renunciaba a la soberanía de una serie de territorios que habían formado parte del Imperio español: Cuba, Puerto Rico, Filipinas e Isla de Guam. El tratado imponía unas duras condiciones a España, producto de su derrota ante el ejército estadounidense.
En el Pacífico se mantenía todavía la soberanía sobre las islas Marianas, Carolinas y Palaos... por poco tiempo. Ambicionadas desde hacía años por Alemania, que ya había intentado en 1885 llevar a cabo la ocupación de las Carolinas, serán finalmente vendidas en 1899 en virtud del Tratado germano-español.
El cambio de soberanía en estos territorios del Pacífico ha sido el acontecimiento elegido para dar inicio a una serie de entradas dedicadas a la Historia a través de los sellos postales. Un objeto como el sello de correos refleja de manera casi inmediata los cambios políticos de los territorios por donde circula, por lo que se convierte en una auténtica "cápsulas del tiempo" que condensa una gran cantidad de información acerca de acontecimientos históricos en un pequeño fragmento de papel.